viernes, 10 de diciembre de 2010

Acapulco vs. Cancún

Historia, diferencias y novedades. Cuál elegir y por qué.


Acapulco y Cancún, las dos playas más visitadas de México, no se pueden ni ver. Como dos puntas irreconciliables de un mismo ovillo turístico compiten por ganar la mayor cantidad de visitantes. Las dos tienen buenas playas, puerto para cruceros, clima tropical, excelente infraestructura turística y fanáticos y detractores con la camiseta puesta, que eligen una y por nada la cambiarían por la otra. Este tipo de turista devoto, comprometido con el destino, tiene un convencimiento casi religioso. Su fidelidad lo lleva, incluso, a participar de foros en internet, donde se discute lo que muchos viajeros dudosos quisieran saber: ¿Acapulco o Cancún?
El día está espléndido. Desde la piscina con forma de riñón del hotel veo el mar y al camarero que se acerca con camisa floreada y el sándwich club que pedí hace un rato. A mi derecha hay dos parejas en luna de miel o reencuentro amoroso que se dicen piropos en inglés. Más allá, palmeras y reggaetón. Imposible no sentirse de vacaciones. El lugar podría ser Cancún, pero es Acapulco, uno de los primeros destinos turísticos del mundo. Para algunos, como el diseñador Esteban Mathison, militante de la moda tropical, creador de modelos para Brigitte Bardot y Liza Minelli y más divas de otros tiempos, "lo más sexy que tiene Acapulco es el nombre y contra eso, nadie puede competir".
Aca, como le dicen los mexicanos, es una gran ciudad. Algo menos del millón de habitantes e incluye barrios pobres, con gente que llega de otras partes del estado de Guerrero en busca de trabajo. Esta cara existe, pero los turistas en general no se enteran. La cara más conocida es su historia glamorosa, ligada a la época de oro del cine mexicano. El primer camino aceptable entre Aca y el DF se abrió en 1920 y el primer hotel, en 1934. A partir de ahí y por muchos años, la ciudad no dejó de crecer. Los famosos de Hollywood la elegían para pasar sus vacaciones. Venían Frank Sinatra, Liz Taylor, los Kennedy en viaje de bodas y Richard Nixon para festejar sus 25 años de casado, entre otros que marcaron huella. Desde 1959, muchos norteamericanos que iban a Cuba en busca de sol se encontraron con la Revolución y rápidamente cambiaron la isla del ron por la ciudad de los frozen margaritas. Acapulco era la única y glamorosa Reina de la Riviera Mexicana.
Johnny Tarzán Weissmüller, Julio Iglesias, Luis Miguel, Cantiflas y otras celebridades internacionales tuvieron -o tienen- su mansión en la gran bahía de Acapulco. Uno de los paseos con más éxito es justamente recorrerla en barco y ver qué casa fue de quién. Una modalidad que se repite en Fort Lauderdale y en tantos destinos preferidos por celebridades y codiciados por los que no lo son.


Si uno se cruza con algún trío de esos que recorren las mesas de los restaurantes con su música, lo más seguro es que canten la que Agustín Lara le compuso a María Félix, durante la luna de miel: "Acuérdate de Acapulco, de aquellas noches, María bonita, María del alma…".
Hay quienes dicen que Acapulco vive de recuerdos, que vive en blanco y negro.
Cancún, en cambio, es joven. Tiene poco más de 30 años, y en el turismo, como en la vida, la juventud es un divino tesoro. A principios de 1950, el lugar que hoy ocupa uno de los destinos turísticos más importantes de México era una isla despoblada, donde había ruinas mayas que nadie miraba demasiado.
A diferencia de Acapulco, que creció naturalmente, Cancún se inventó en la década del 70, gracias a un préstamo del BID de 27 millones de dólares y mucho sentido práctico. Primero, la unieron al continente, después construyeron escuelas, hospitales, viviendas y servicios públicos. Los primeros hoteles abrieron en 1974 y fueron financiados por el gobierno mexicano. Enseguida llegaron las inversiones extranjeras y la zona hotelera creció -y sigue creciendo- hasta ocuparlo casi todo, con sus cerca de 30.000 habitaciones de hotel, la mayoría pensados en plan resort all inclusive, con el espíritu de un crucero en tierra firme y cerca de las ruinas mayas de Tulum.
Así estaban las cosas a fines de los años 80: Cancún divina, recién hecha, virgen. Acapulco, con los cuartos de hotel venidos a menos y sin resorts, mostraba las primeras arrugas del turismo y miraba con recelo a su colega del Caribe.
A FAVOR Y EN CONTRA
El sol ha bajado y un grupo de chicas de piel dorada y bikinis flúor camina por la orilla. Algunas llevan la cabeza trenzada y todas van descalzas. Podría ser Acapulco, pero es Cancún, donde la arena es finita y blanca como talco.

La pulseada entre Acapulco y Cancún es compleja para un turista sibarita porque es doble: más allá de las ciudades, está el mar. ¿Océano Pacífico o Mar Caribe?
El Caribe mexicano es manso como un estanque, turquesa como un aguamarina y cálido. Para algunos, tal vez, demasiado cálido. El Pacífico, en cambio, es más bravo, más azul, más fresco.
Si el plan es bucear, Cancún se anota un punto a favor. En el fondo submarino está el Arrecife Maya, una de las barreras de coral más grandes del mundo, que corre paralela a la costa hasta Honduras. Los mejores sitios para sumergirse son Isla Mujeres y Cozumel, donde además de ver peces de colores, cerca de cien especies de corales y plantas subacuáticas, es posible explorar antiguos barcos hundidos en medio de un profundo silencio azul. No sería extraño que el guía del paseo fuera extranjero. Muchos mexicanos creen que Cancún está muy agringado -aunque Acapulco está repleto de norteamericanos-, característica que a los defeños, por ejemplo, les molesta.
Aca, entonces, podría ser más "auténticamente" mexicano. Pero también es más masivo. Si bien los dos destinos tienen miles de cuartos de hotel, los de Cancún son más exclusivos. Quizás más todavía después de su reconstrucción de 2006, cuando la ciudad del estado de Quintana Roo se renovó obligada por los grandes daños provocados por los huracanes. En Acapulco hay más alojamientos económicos y, con la posibilidad del crédito, en los últimos años también han surgido condominios en todos los cerros. En Acapulco es difícil no estar siempre rodeado de gente. 
Hay acapulqueños que dicen que Cancún se hizo con dinero del narcotráfico, y los que son de Cancún retrucan que por qué no se callan y van a limpiar sus playas contaminadas. Si jugaran un partido en el Estadio Azteca, Acapulco y Cancún, seguro que habría disturbios.
DISTINTOS Y PARECIDOS
Ellos no se pueden ni ver, pero la historia los acerca y relaciona. Siempre, lo que le pasó a uno repercutió en el otro. Y en el turismo, como en la vida, los ciclos no duran para siempre. Cancún creció a la velocidad del auto más rápido de la Fórmula 1. En 1976 tuvo 180.000 visitantes; en 2000, su mejor año turístico, tres millones. En 2005, después de tanta bonanza pasó el huracán Wilma y arrasó buena parte del balneario. Las pérdidas fueron millonarias y se dio vuelta la tortilla. Acapulco se levantó de su cama de hospital con una idea: atraer más adolescentes norteamericanos en viaje de Spring Break (receso de primavera). El éxito fue total: en ciertas épocas, la ciudad se llena de jóvenes rubios que hablan en inglés y estiran las noches hasta que es de día. De alguna manera, se sienten como en casa: van a Mango's, a Carlos', Charlie's y otros bares de la Costanera Miguel Alemán, que también están en su país y como allí, transmiten béisbol en pantalla grande. Tarde, después de las 2, la famosa discoteca Baby O -la entrada cuesta entre 20 y 30 dólares- es el lugar por donde pasan los famosos, que siguen viniendo a Acapulco. Uno podría ver a Paris Hilton, a Ricky Martin o a Madonna. Cumplió 30 años y está más vigente que nunca.

Cancún también tiene noche y springbreakers y bares como Señor Frog's,  que también está en Acapulco. Más tarde, la disco preferida de los turistas es Dady'O, con nombre parecido a la conocida Baby. No sería raro -más aún en México- que pertenecieran a un mismo dueño y formaran parte de un monopolio de clubes nocturnos. Una vez más, Acapulco y Cancún están más cerca de lo que uno cree. Aunque los hinchas del destino caribeño digan que en Aca la arena es gruesa y oscura y los que votan por la reina del Pacífico se tiren contra el estilo todo incluido de Cancún. Los que van por Aca dicen que hay más shopping, gran variedad de playas y los míticos clavadistas de cada día se lanzan, a la mañana y a la noche, desde 35 metros hacia el mar, en La Quebrada.
En el fondo, Acapulco y Cancún son dos lugares distintos y parecidos, que tienen una necesidad: ofrecer algo más que mar y playa. Algo que marque una diferencia, como los nuevos spa de Cancún y las antiguas ruinas mayas. O el nuevo parque ecológico, porque el ecoturismo vende cada vez más y esto, después de todo, es un negocio.
También, hay un desarrollo inmobiliario en construcción con malecón incluido a orillas de la Laguna Nichupté. Acapulco, por su lado, muestra su cara retro, el Hotel Los Flamingos -con fotos de Tarzán en el lobby-, la vista increíble desde Las Brisas, donde todo está pintado de rosa y una casa no baja del millón de dólares, el restaurante del legendario Hotel Vila Vera, donde Elvis filmó Fun in Acapulco, con Ursula Andress.
Pero a pesar de la memorabilia, Aca no se duerme en la nostalgia y ha creado Punta Diamante, zona de grandes y millonarios proyectos inmobiliarios, con mar abierto, hoteles exclusivos y barrios privados, adonde todos llegan con su guarura (guardaespaldas). Desde el Pacífico y desde el Caribe, los dos balnearios se embanderan en una tendencia mundial: el turismo Premium. Acapulco y Cancún no se pueden ni ver, pero parecen estar más unidos de lo que creen. Y en los dos hay tequila, tacos al pastor y chiles que pican más que el sol en la hora mala.
DATOS UTILES
- Cómo llegar

El precio de un pasaje de Santiago a DF cuesta desde 1.000 dólares. De ahí a Acapulco se llega en un vuelo de una hora o por autopista, en tres. La conexión de DF a Cancún, desde 250 dólares. Conviene chequear las aerolíneas de bajo costo que operan desde Ciudad de México, como Volaris y Clic, que siempre tienen tarifas más económicas.

- Clima
En Acapulco, uno tiene la garantía del sol. En cambio, en Cancún existe la época de huracanes -de junio a noviembre-, por lo tanto, es importante calcular cuándo viajar.

ACAPULCO
- Alojamiento

Los hoteles que dan a la Costanera -en su mayoría, torres de más de 20 pisos con piscina, gimnasio y acceso a la playa-  son una buena opción. Cuestan desde 70 dólares, en temporada baja. El Fiesta Americana es una muy buena opción, igual que el Calinda Beach, algo más económico y también en la primera línea, frente al mar. Para los nostálgicos, el Hotel Los Flamingos () es imbatible.

- Gastronomía
En la Costanera hay varios sitios y también en el centro. Van dos recomendados. Paco's (Quebrada 36, Centro) es un clásico no muy famoso entre turistas extranjeros, pero una joya para los mexicanos. Excelentes mariscos, muy cerca de la Quebrada. Alrededor de 20 dólares por persona.

- Playas
Se ha leído mucho sobre las playas contaminadas del centro de Acapulco. Por eso, muchos eligen algunas más alejadas, como Revolcadero, a unos 4 km del centro camino al aeropuerto. Es playa de mar abierto y olas grandes. Muchos la usan para practicar surf y moteski.

CANCÚN
- Alojamiento

La oferta hotelera en Cancún es extensa y muy buena. Para los que estén con ánimo de celebrar, un recomendado: Paraíso de la Bonita, está en la carretera Chetumal - Cancún y será inolvidable (el precio también, 700 dólares la habitación).

- Gastronomía
En Cancún hay más de 500 restaurantes. Una cena para dos en uno elegido ronda los 70 dólares. Muchos están en el Bvd. Kukulkán. En El Pescador, donde más de una vez comió Mario Moreno Cantinflas, encontrará muy buenos pescados y mariscos. Perico's es otro restaurante tradicional de Cancún, con la mejor comida mexicana.

- Excursiones
Además de Isla Mujeres, que está frente a Cancún, y las ruinas mayas de Tulum, Cozumel es el mejor lugar para bucear. Desde Cancún se puede arrendar un auto para conocer la Riviera Maya, una costa de más de 120 kilómetros, entre Punta Morelos y Punta Allen. En esa costa encontrará lugares más boutique, como Playa del Carmen, Xcaret, Xel-Ha.

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