sábado, 19 de noviembre de 2011

Cuáles son los países más endeudados del mundo


La lista incluye grandes potencias. La crisis fiscal de Europa desencadenó la preocupación sobre el tema en todos los mercados. América Latina está mejor posicionada que las economías más tradicionales



Europa enfrenta su peor crisis de deuda en años. Los planes de rescate aplicados para Grecia, Portugal e Irlanda no alcanzan para frenar la incertidumbre.

Del otro lado del Atlántico, los políticos estadounidenses pulsean por ampliar el nivel de endeudamiento del país en más de US$ 14,3 billones, mientras las calificadoras amenazan con quitarle la nota dorada de AAA, equivalente al cero probabilidad de default.

A la hora de analizar el riesgo del endeudamiento de un país, hay que comparar la cifra con el PIB, lo que produce su economía. Históricamente, las naciones más pobres eran las que cargaban con el mayor peso de su pasivo.

Hoy los ricos, además de mostrar el número más alto, también arrastran los peores niveles en relación con su PIB.

Sin embargo, la percepción del riesgo de cesación de pagos no siempre guarda relación con lo que muestran las cifras. A continuación, algunos ejemplos.

Japón es el país con una situación de deuda más complicada del mundo, según datos de la CIA y del ranking realizado por la revista de economía y negocios Business Insider. Acumula un pasivo de algo más de US$ 12 billones que equivale al 225,8% del PIB anual.

Si bien la calificadora de riesgo Moody´s ha realizado varias alertas sobre este porcentaje, le otorga la cuarta calificación de riesgo más segura ( AA -) aún después del tsunami de marzo que le costará a la economía al menos US$ 300 mil millones. En la bolsa de Tokyo no hay corridas y los inversores consideran que es poco probable un default nipón.

 En segundo lugar lo ocupa una isla turística de América Central. Se trata de San Cristóbal y Nieves (St Kitts y Nevis) con 196% de deuda en relación al PIB. La caída del turismo internacional impactó en los números de la ex colonia británica.  

Luego siguen Líbano (150,7% del PBI), Zimbawe (149%) y en quinto lugar Grecia (144%), la oveja negra de Europa. El caso de este país desvela a los mercados y a los socios de la UE porque el monto neto de la deuda es considerable (US$ 532 mil millones) tras tres años de recesión y seguramente uno o dos más iguales por delante por los severos ajustes fiscales implantados.

Como antes dicho, la proporción PBI-deuda no guarda relación con el humor de los mercados. Portugal (75% del PBI) e Irlanda (94,2% del PBI) tuvieron que ser auxiliados por la UE y el FMI. Italia (120% del PBI, el octavo más endeudado del mundo, con un total de US$ 2,2 billones) anunció otro plan de ahorro de €40 mil millones para convencer a los mercados de que puede cumplir con sus obligaciones en el corto y mediano plazo.

Bélgica, con una deuda de US$ 1,2 billón (137,2% sobre el PBI), ocupa el décimo lugar según Business Insider. Está peor que los denostados PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) pero los inversores no se desprenden de los bonos soberanos como si fueran papeles sin valor.

Otra situación injusta se plantea con España. Tiene una deuda relativamente manejable de US$ 800 mil millones equivalente al 60,1% de su PIB anual, a datos de 2010 publicados por la agencia Eurostat.

Sin embargo, los inversores están castigando los bonos españoles que pagan una tasa récord por encima del 6%, la más alta desde del inicio del euro en 1999.

Portugal tampoco está tan mal (83% del PBI, US$ 497 mil millones) pero los mercados y las calificadoras le bajaron el pulgar y tuvo que ser rescatado con €78 mil millones de la UE y el FMI.

El ranking de Business Insider de países más endeudados se completa con Islandia (6to), Jamaica (7mo), Singapur (9no), Irlanda (11 avo), Sudán (12),  Sri Lanka (13), Francia (14),

Otro es el enfoque si se analiza el número frío de la deuda total de cada país. Estados Unidos es el más endeudado con US$ 14,3 billones, equivalente al 92% del PBI. Goza de la máxima calificación de repago (AAA) pero el gobierno pulsa con la oposición en el Congreso para subir el techo del endeudamiento a cambio de un ajuste en los próximos 10 años. Un default norteamericano sería inimaginable y su impacto en la economía mundial, inmensurable.

El segundo más endeudado es Gran Bretaña, otra potencia. Acumula US$ 8,9 billones, 80% de su PBI. Le sigue Alemania con US$ 5 billones, el 83,2% del PBI.

El panorama en América Latina es mucho más alentador a pesar de que sus economías no integren el Primer Mundo.

El endeudamiento de Brasil equivale al 60% de su PBI. La semana pasada colocó un bono a 10 años a una tasa récord de 3,8 por ciento.

Le siguen Uruguay (56% contra el PBI), El Salvador (55%), Argentina (50%), Colombia (44%), Costa Rica (42%), República Dominicana (41%), México (41,5%), Perú (23,6%) y Paraguay (22%). Chile es el ejemplo regional y mundial con una deuda equivalente al 6,2% de lo que produce su economía.

Paradójicamente, los gobiernos con discurso menos amigable con los mercados son los más ortodoxos a la hora de administrar sus finanzas.

La deuda de Ecuador equivale al 23% de su PBI, la Venezuela del bolivariano Chávez mantiene un disciplinado 25,5% contra el PBI, según la CIA o 34% según la estadística del FMI. Para los inversores, Venezuela es uno de los países con más riesgo de default junto con Grecia.

La socialista Cuba tiene una equivalencia del 34,4% del endeudamiento y Evo Morales en Bolivia muestra un sano 39,7% de pasivo en relación al PBI.   

En resumen, todos los países de América Latina mencionados podrían ser parte de la UE. El Tratado de Maastricht de 1992 que dio origen al bloque estableció un límite de endeudamiento del 60% contra el PBI, techo que la mayoría de los miembros del Viejo Continente superó hace rato. 

Estados Unidos, ¿truco o trato?


Desde hace tiempo algunos economistas venimos alertando del elevado nivel de deuda que está acumulando Estados Unidos, por ejemplo en este artículo publicado en marzo de 2011 en Gurusblog.
Sobra decir que llevamos varias semanas de infarto contemplando el lamentable espectáculo entre Republicanos y Demócratas. Finalmente hay un acuerdo a pocas horas del previsible default selectivo de Los Estados Unidos.
Las cosas han cambiado mucho en los últimos años: ahora conocemos los trapos sucios de la primera potencia mundial no sólo gracias a la información de Wikileaks, sino sobre todo a la transmisión en directo de los pleitos entre los dos partidos. Han destapado un pleito político al más puro estilo de cualquier república bananera. Lo que es penoso. La misma directora del FMI indica en una entrevista reciente en The New York Times que a los ojos del mundo, un enorme daño ya está hecho.
En ese artículo de Gurusblog comentaba que Estados Unidos estaba llegando a un nivel de endeudamiento insostenible, que ese crecimiento de la deuda se había producido de forma acelerada en los últimos años, especialmente desde 2008 a raíz de la crisis financiera, y tanto en ese artículo como en “La imposibilidad de crecer con endeudamiento ilimitado” de febrero, alertaba de lo inviable de alentar un crecimiento económico basado en el endeudamiento. Lamento decir que la mayoría de los economistas influyentes (Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Simon Johnson, Kenneth Rogoff, Jeffrey D. Sachs, J. Bradford Delong y otros) siguen pensando en el crecimiento como única posibilidad para reducir la deuda y el desempleo. Afortunadamente algunos, como por ejemplo Dean Maki, economista jefe de Barclays Capital para Estados Unidos, es de mi misma opinión: es imposible el crecimiento basado en endeudamiento indefinido, y alerta de otra grave recesión.
En este interesante gráfico, publicado por The New York Times el 31 de Julio, “Sure cure for the debt problem: economic growth” (una solución segura para el problema de la deuda: crecimiento económico) de Catherine Rampell, se puede apreciar claramente el nivel de deuda de las principales economías del mundo, valorada en dólares y situándolos en una escala relativa al porcentaje de la misma en relación a su PIB.

Fuente: The New York Times
Acertadamente, la autora indica que la solución al endeudamiento excesivo es procurar un crecimiento permanente de la economía. Reconoce que la situación tras la II Guerra Mundial fue incluso peor desde el punto de vista del porcentaje de deuda en relación al PIB (122%) pero que un crecimiento económico sostenido, y una serie de variables diferentes a las actuales (población más joven, no existencia de una cierta sanidad pública, mercados de capitales no pendientes de agencias de calificación, economía muchísimo menos dependiente del sector financiero y la economía especulativa,…) hizo del crecimiento económico la tabla de salvamento de esa situación previsiblemente insostenible.
Hay que reconocer que en una situación de crecimiento elevado, la economía retroalimenta más crecimiento. De esta forma, los países no pagan unos intereses elevados, las empresas y particulares no hacen frente a incrementos de los tipos impositivos, el consumo es elevado, las arcas públicas recaudan más y todo el mundo es feliz.
Pero la realidad ahora es otra. Estados Unidos se enfrenta a una situación de crecimiento económico reducido, tasa de desempleo elevada (para sus parámetros), y una serie de gastos elevados, entre ellos el gasto en defensa, que ocupa aproximadamente la mitad del gasto agregado de todos los países del mundo.
El problema de la deuda no es baladí. La deuda pública acumulada en el mundo es de unos 30 billones de euros (casi unas 30 veces el PIB de España) y Estados Unidos ha llegado al techo fijado en 14,3 billones de dólares, lo que significa que al tipo de cambio de hoy (1,443), este país posee el 33% de toda la deuda acumulada de todos los países.
No es casualidad que uno de los puntos del acuerdo entre Republicanos y Demócratas pase por la reducción (aunque tímida) de lo que ellos denominan “misiones en el extranjero”. Ya veremos hasta qué punto los más conservadores de los Republicanos y de la sociedad norteamericana permitirán una pérdida de influencia militar en el mundo, (por extensión, cómo afectarán esos recortes a la industria armamentística), y de poder económico, que retroalimentará nuevas y preocupantes recesiones.
Una serie de economistas influyentes, como Krugman en “The Presidente Surrenders”, publicado justo el día del acuerdo sobre la deuda, con independencia de su apuesta por el crecimiento como tabla de salvamento de la economía, indica que se ha acordado la peor de las decisiones: realizar esos recortes en un momento en el que la economía norteamericana sigue en una situación delicada de alto desempleo y consumo restringido. Con seguridad, esos recortes ahondarán en la recesión y tendremos un “double dip”, pero: ¿realizamos los recortes ahora con riesgo casi certero de una nueva recesión, o la posponemos hasta un punto en que el Gobierno no pueda devolver ni el servicio de su deuda y provoque una crisis mundial, tal vez definitiva? ¿Truco o trato?
Escrito por Manuel Caraballo Callero
Economista de Izadi AG