lunes, 17 de febrero de 2014

Resumen de las Cincuenta Sombras de Grey

Cuando la estudiante de Literatura Anastasia Steele recibe el encargo de entrevistar al exitoso y joven empresario Christian Grey, queda impresionada al encontrarse ante un hombre atractivo, seductor y también muy intimidante. La inexperta e inocente Ana intenta olvidarle, pero pronto comprende cuánto le desea. Cuando la pareja por fin inicia una apasionada relación, Ana se sorprende por las peculiares prácticas eróticas de Grey, al tiempo que descubre los límites de sus propios y más oscuros deseos..


GR48839Quizá algunos conozcáis la historia del mendigo y el publicista, si no la conocéis os diremos que trata de un mendigo que está pidiendo en la calle y tiene un cartel que pone “Ayúdame, soy ciego” y nadie le da limosna; entonces pasa un publicista y le coge el cartel, le da la vuelta y escribe. Vuelve a dejar el cartel y continúa con su camino… al volver de trabajar pasa otra vez al lado del mendigo y le pregunta qué tal ha ido, y el mendigo le dice que nunca le habían dado tanta limosna, que qué es lo que ha escrito y el publicista le dice “Lo mismo que tenias puesto tú, pero con otras palabras” le sonríe y sigue su camino. Aquel pobre mendigo ciego nunca llegó a saber qué había escrito aquel publicista en su cartel, pero decía: Hoy es primavera, y yo no puedo verla.
Todo depende de cómo se venda y sin duda Cincuenta sombras de Grey se ha sabido vender muy bien. Aunque esto es una arma de doble filo. Te la venden como la historia del año y la verdad es que es un libro de romántica adulta como podría serlo cualquier otro, no tiene nada de especial a parte de la “novedad” del BDSM, no destaca, no emociona más que en un par de páginas y acalora, según nuestra experiencia, más bien poco. Simplemente es un libro entretenido, al estilo de muchos romántica adulta erótica que corren por nuestras librerías, pero ya.
Entretiene y distrae, y quizá se hubiera llevado más reconocimiento por nuestra parte si esa campaña viral tan impresionante que se ha desarrollado en poco más de un mes no hubiera sido de tales proporciones. El problema de la campaña tan brutal que tiene este libro detrás es que crea expectativas, y las expectativas están bien si las cumples, pero si te quedas a medio camino y no llegas a lo que vendes entonces quedas mal; quedas fatalísimamente mal; y es que el encargado de la promoción de esta novela, por lo que dicen, ha ideado todo tipo de perlas para que hasta el más despistado del mundo se entere de la existencia de este libro; pero no, muchos coincidimos en lo mismo: los hay mejores y no es tan “inolvidable” como lo quieren pintar; aún así no nos malinterpretéis, el libro no es malo, sólo decimos que tampoco es una joya que venerar por los siglos de los siglos, así que si tenéis pensado leerlo, bajad el listón.
Por si alguno aún no conoce la existencia de esta novela os diremos que su protagonista es Anastasia: una chica común, de veinti-pocos, torpe, distraída, más sosa que la programación de la 2, que se muerde el labio hasta la saciedad y con una diosa interior que aparece página sí, página también. Anastasia llevaba una vida normal hasta que cayó (literalmente) en el despacho del mismísimo Christian Grey.
Hasta aquí la novela tiene su puntillo: la encuentras bien escrita, con soltura por parte de la autora, la protagonista no se hace pesada, intentas descubrir el qué sobre ese imponente hombre al que acabamos de conocer… Una vez Anastasia traspasa la línea y cae en la cama de Grey, la trama empieza a estancarse y la protagonista cansa y se contradice a partes iguales, y en demasiadas ocasiones ella y su “diosa” o “no diosa” interior te llegan a agobiar (por no hablar de sus ansias por el sexo).
Grey es otro cantar, y no por lo sumamente atractivo, rico e imponente que pueda llegar a ser (típico en este tipo de novelas), sino por los secretos que guarda y las sombras, nunca mejor dicho, que le persiguen. Christian es el control personalizado (por no hablar de su personalidad chulesca y arrogante) pero cuando está con Ana se avainilla, así como sus polvos. Y no es que esté mal, no sabemos qué tal será en la continuación, es que resulta chocante el cambio que va experimentando este hombre a través de las páginas, ¿está bien esto? bueno… no está mal, aunque esperábamos otra cosa nos ha gustado ver al mismísimo Christian Grey incluso asustado. Sabemos poco de este personaje y aunque ya se ha abierto un tanto a nosotras, estamos seguras que aún tiene mucho que decir.

-¿Esto es lo que te gusta de verdad? ¿Verme así? 
Me restriego la nariz con la manga del albornoz. 
Me observa desconcertado. 
-Eres un maldito hijo de puta. 
-Ana –me suplica, conmocionado. 
-¡No hay <Ana> que valga! ¡Tienes que solucionar tus mierdas, Grey!
 
Las escenas “eróticas” al menos a nosotras, no nos han transmitido nada y mira que haberlas hay las, pues el 80% del libro se lo pasan con el mismo tema. E.L. James no ha conseguido acalorarnos con sus látigos y sus fustas (que tampoco es que aparezcan mucho, ¡no creáis!), ni siquiera nos ha provocado un tímido rubor. La autora te intenta hacer creer que está innovando, que está narrando relaciones nunca leídas, pero en realidad se queda a medio camino entre el sexo y el sexo salvaje que pretende, es como si en su mente tuviera una cosa y en el papel plasmara otra por miedo a pasarse, a asustar, a ser criticada o a no vender. Si quieres vender sexo duro, véndelo, pero no te quedes a medias aguas porque entonces pasa esto, que no llegas. Eso sí, tenemos que decir a su favor que es bastante ligero de leer y aunque la prota sea una plasta, la narración no agobia tanto como ella.
 
La parte más interesante del libro ha sido el último capítulo cuando por fin explota y llegamos a ver realmente a la Ana que querríamos haber visto. Lo malo es eso: que es justo y únicamente en el último capítulo. Aún así la autora se ha servido de un tópico gigantesco para terminar el libro y aunque despierta el gusanillo por saber qué ocurrirá en el siguiente, te lo miras receloso porque tienes una idea casi al cien por cien segura de lo que va a pasar: más de lo mismo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario