lunes, 17 de febrero de 2014

Ensayo del libro El Marqués de Sade

Se puede admitir que en ninguna literatura de ninguna época, hay una obra tan escandalosa como la del marqués de Sade; que ningún otro autor ha herido más profundamente el pensamiento y los sentimientos humanos. Hoy en día, doscientos años después, parece imposible que nadie pueda escribir algo que rivalice con sus obras. Quizá podamos convertirlo en imágenes a través del cine, como con Pasolini que ya lo intentó con Las 120 jornadas de Sodoma, pero con ello no superaremos el infierno creado por el autor. Ya que tenemos la suerte de conocer una obra, más allá de la cual ningún otro escritor se ha atrevido a aventurarse, sería conveniente interrogarse sobre los motivos por los que su obra se ha convertido en un referente absoluto, insuperable. 
El aristócrata Donatien Alphonse François de Sade nació en París , el 2 de junio de 1740, hijo único de Jean-Baptiste de Sade y Marie-Eléonore de Maillémás; conocido por su título de Marqués de Sade y llamado por sus admiradores "el Divino Marqués", Fue un aristócrata, escritor y filósofo francés, autor de varias novelas que aúnan los relatos pornográficos con la exposición de un sistema filosófico materialista y ateo. Su filosofía es la de la libertad extrema, sin el freno de la moral, la religión o las leyes, con la búsqueda del placer personal como principio más elevado. Escribió la mayor parte de sus obras durante los 29 años de su vida que pasó en prisión. De su nombre procede la palabra sadismo. Inicia su educación en el monasterio benedictino de Saint-Léger d’Ebreuil y posteriormente en el colegio Jesuita d’Harcourt de París, en donde un sacerdote y tío suyo, el abad Jacques-Franois de Sade, será su tutor. Con diez años es observador de las continuas orgías que éste celebra en su castillo de Saumane. 
Se casó con Renée-Pélagie de Montreuil en 1763. A los pocos días de su boda, el Marqués de Sade contrató los servicios de la prostituta Jeanne Testard, con quien practicó sodomía y actos violentos. Ante Testard, una muchacha muy creyente, profirió blasfemias y a ejecutó hechos irreverentes con objetos religiosos. Jeanne Testard lo denunciaría, pero el marqués quedaría en libertad gracias a influencias familiares. En 1768 contrató a otra prostituta, llamada Rose Keller, como criada. Cuando llegó a su nuevo hogar, Keller tuvo que someterse a todo tipo de maltratos con su nuevo señor. También mantuvo un breve idilio con su cuñada Anne-Prospere, hermana de su complaciente esposa Renée. Esta relación finalizaría gracias a su suegra, Madame de Montreuil. 
En 1772 fue condenado a muerte por un juicio de envenenamiento. Sade huyó a Italia. Cuando retornó a Francia fue detenido, pasó un tiempo en prisión y volvió a quedar en libertad. En 1777, partícipe de nuevas orgías depravadas con prostitutas, fue juzgado y encarcelado en Vincennes, en donde estuvo preso durante seis años. Sería en la prisión cuando volcó sus ansias sexuales en el papel, comenzando a escribir sus conocidas obras. En 1801 fue detenido de nuevo y enviado al psiquiátrico de Charenton, en donde fallecería el 30 de noviembre de 1814. Tenía 64 años. 
Sus títulos más divulgados son "Los 120 días de Sodoma" (1784), "Justine" (1791) y "Juliette" (1797), censurados durante largo tiempo, han pasado a la historia por su precisa descripción de todo tipo de actos sexuales. Su obra ha influido en el surrealismo y ha sido reivindicada por escritores como Apollinaire o Henry James.

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